DISCURSO DEL PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPúBLICA DEL ECUADOR, S.E. SR. RAFAEL CORREA DELGADO, EN LA CEREMONIA DE TRASPASO DE LA PRESIDENCIA DEL GRUPO DE LOS 77 (New York, 13 January 2017)

Sr. Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
Sr. Secretario General,
Sr. Secretario Ejecutivo del Grupo de los 77 y China,
Sr. Ministro de Relaciones Exteriores del Reino de Tailandia, delegados permanentes ante las Naciones Unidas en Nueva York, invitados especiales:

"UNA MEJOR ORGANIZACIÓN PLANETARIA"

PRESENTACIÓN DEL PAÍS

Un abrazo interminable del Eco-centro del planeta, Ecuador, donde tenemos los cuatro mundos: la Costa marina, la Sierra andina, la Selva amazónica y nuestras Islas Galápagos, patrimonio natural de la humanidad.

Todo esto en un territorio de apenas 256.000 kilómetros cuadrados, en donde se dan todos los climas y microclimas imaginables. Ecuador es el pa�s megadiverso m�s compacto del planeta.

La gama multicolor de nuestra flora y fauna se complementa y enriquece a�n m�s con la diversidad de nuestras culturas. Tenemos, adem�s de una mayor�a mestiza, 14 nacionalidades ind�genas con sus correspondientes lenguas ancestrales, incluyendo a dos pueblos no contactados que han preferido el aislamiento voluntario en el coraz�n de la selva virgen.

Somos orgullosos de un mestizaje luminoso. Somos geograf�a multicolor. Nuestra Constituci�n define al Ecuador como un Estado unitario, pero plurinacional y multicultural. El 20% de nuestro territorio est� protegido en 44 Reservas y Parques Naturales.

Ecuador ama la vida, y nuestra Constituci�n nos compromete profundamente a cuidar nuestra casa com�n, al ser la primera Constituci�n en la historia de la humanidad en otorgar derechos a la naturaleza.

SALUDOS

Saludo en nombre del pueblo ecuatoriano al nuevo secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, con quien nuestro pa�s ha mantenido una permanente relaci�n de amistad y de trabajo. Tuvimos una estrecha colaboraci�n con Antonio cuando �l era Alto Comisionado de las NN.UU. para los Refugiados.

El Ecuador acoge a la mayor cantidad de refugiados de Am�rica Latina, alrededor de 60 mil, sobre todo a causa del conflicto colombiano, y somos una de las naciones que mejor integra a los desplazados en el mundo, pues viven plenamente integrados en la sociedad, con acceso a salud, educaci�n, seguridad, servicios b�sicos y opciones laborales.

Estimado secretario general: le deseamos el mayor de los �xitos en sus altas funciones al frente de la m�s grande organizaci�n de pa�ses del planeta, y usted sabe que cuenta con nosotros.

Recibimos del Reino de Tailandia la gran responsabilidad de presidir el Grupo de los 77 para el a�o 2017. Agradecemos el gran trabajo realizado por Tailandia, y expresamos nuestra solidaridad a su pueblo, por la muerte de su Majestad el Rey, Bhumibol Adulyadej, en octubre del a�o pasado.

Reconocemos especialmente el legado del Rey con la concepci�n y ejecuci�n de pol�ticas inspiradas en la filosof�a de la "econom�a de la suficiencia", que busca el desarrollo sostenible a trav�s de la integraci�n de tres dimensiones: f�sica, social y espiritual.

Quiero decirles que Ecuador comparte un concepto similar heredado de nuestros pueblos ancestrales y elevado a principio constitucional: el sumak kawsay, que en lengua quichua quiere decir "buen vivir".
Estas iniciativas son importantes para desde el Sur global, no solo buscar el desarrollo econ�mico, sino tambi�n una nueva noci�n de desarrollo integral, de todas las personas y de toda la persona humana.

CONCEPTOS

Continuaremos el trabajo positivo de nuestros predecesores en la promoci�n de la igualdad econ�mica y social en el mundo, lo cual s�lo puede lograrse si erradicamos el flagelo de la pobreza, inequidad y exclusi�n, y alcanzamos el derecho de los pueblos a vivir con soberan�a, dignidad y en paz.

Para ello debemos entender que paz no es solamente la ausencia de guerra. En el siglo XXI, la paz debe ser sobre todo presencia: presencia de justicia, presencia de prosperidad. Ya Gandhi nos dec�a que "la pobreza es la peor forma de violencia" y hace m�s de 40 a�os el Papa Paulo VI manifestaba que "el desarrollo es el nuevo nombre de la paz".

Paz sin justicia es sencillamente pacificaci�n. La insultante opulencia de unos pocos al lado de la m�s intolerable pobreza, son tambi�n balas cotidianas en contra de la dignidad humana.

La superaci�n de la pobreza es el mayor imperativo moral que tiene el planeta, ya que, por primera vez en la historia de la humanidad, la pobreza no es fruto de escasez de recursos o factores naturales, sino consecuencia de sistemas injustos y excluyentes.

A partir del auge del capitalismo liberal y del Estado m�nimo, el mundo deriv� en niveles sin precedentes de desigualdades, al menos en tiempos modernos, lo cual nos est� matando como sociedad e incluso como civilizaci�n. Las cifras son realmente escandalosas e inmorales.

En el informe 2016 del Credit Suisse Research Institute se establece que el 0,7% de la poblaci�n mundial concentra el 45,6% de la riqueza mundial, mientras que el 73,2% de la poblaci�n tiene apenas el 2,4% de la riqueza. Esto significa que si los pobres tienen un pan, los ricos tienen casi 2200 panes.

Mientras no se logre una justa distribuci�n de la riqueza, no se resolver�n los problemas sociales y mundiales.

La soluci�n para detener la migraci�n no son muros ni fronteras: es solidaridad, es humanidad, y crear condiciones de bienestar y paz para todos los habitantes del planeta.

Lamentablemente, el mundo est� organizado no en funci�n de los seres humanos, sino del imperio del capital.

En el mundo globalizado se impulsa cada vez m�s la liberaci�n financiera y de mercanc�as, pero se impide la movilidad del conocimiento y criminaliza la m�s importante movilidad: la movilidad humana. Es una inconsistente globalizaci�n neoliberal que no busca crear sociedades planetarias, sino tan s�lo mercados planetarios; que no busca crear ciudadanos del mundo, sino tan s�lo consumidores mundiales, y que, sin mecanismos de gobernanza adecuados, trae serias complicaciones a los pa�ses m�s pobres y a los pobres de los diferentes pa�ses.

Pienso en la analog�a de la globalizaci�n neoliberal con el capitalismo salvaje del siglo XVIII y la Revoluci�n industrial, cuando los obreros mor�an frente a las m�quinas porque trabajaban siete d�as a la semana, doce, catorce y hasta diecis�is horas diarias. �C�mo se pudo frenar tanta explotaci�n? Con la consolidaci�n de Estados nacionales y a trav�s de una acci�n colectiva que permiti� que se pusiera l�mite a estos abusos y que distribuy� de mejor manera los frutos del progreso t�cnico.

Esa acci�n colectiva mundial no existe en el actual proceso de globalizaci�n, y se est�n produciendo excesos similares con la precarizaci�n de la fuerza laboral de los pa�ses menos competitivos.

AGENDA

El orden mundial no solo es injusto, es inmoral. Todo est� en funci�n del m�s poderoso y los dobles est�ndares cunden por doquier. Debemos buscar una mejor forma de organizar la vida en el planeta, y la �nica forma de lograrlo es con la unidad de nuestros pueblos.

Ecuador defiende los principios que han guiado al Grupo desde 1964: unidad, complementariedad, cooperaci�n y solidaridad del Sur Global, as� como su determinaci�n de buscar el desarrollo econ�mico y social individual y colectivo.

La agenda es muy vasta y tiene que ser un m�nimo com�n entre todos los miembros:

La transformaci�n del Sistema de Naciones Unidas, para que sea la Asamblea General la que tome las grandes decisiones pol�ticas de la humanidad, y no el poder de veto de un grupo reducido de pa�ses del Consejo de Seguridad.

Debemos tambi�n buscar una nueva forma de gestionar el conocimiento para alcanzar el desarrollo econ�mico, el cual depende crucialmente de adquirir y dominar tecnolog�as avanzadas.

Thomas Piketty, en su monumental obra "El capital en el Siglo XXI", usando datos de dos siglos, demuestra que solo la difusi�n del conocimiento y capacidades garantiza la equidad en una sociedad y entre sociedades.

Necesitamos menos caridad y m�s justicia: evitando la privatizaci�n del conocimiento y logrando su disponibilidad para la humanidad entera, se dar�a un impulso fundamental para el desarrollo de las naciones m�s pobres, que no necesitan limosnas, sino talento humano, ciencia, tecnolog�a.

Lejos de aquello, se impone en el mundo una nueva e injusta divisi�n internacional del trabajo: mientras determinados pa�ses generan conocimiento que privatizan, muchos de nuestros pa�ses generan bienes ambientales de consumo gratuito. Compensando esos bienes ambientales de alto valor pero sin precio se podr�a lograr una redistribuci�n del ingreso mundial sin precedentes.

Pero no se trata tan s�lo de un problema de justicia, sino tambi�n de eficiencia. La ciencia y la tecnolog�a no tienen rivalidad en el consumo. En consecuencia, mientras m�s personas las utilicen, mejor. Esa es la idea central de lo que en Ecuador hemos llamado la econom�a social del conocimiento.

El principio aparentemente pragm�tico de la privatizaci�n del conocimiento, adem�s de su ineficiencia social, no es otra cosa que el sometimiento de los seres humanos al capital.

Sin duda, la libre empresa es muy importante para la innovaci�n, pero existen otras maneras de compensar los inventos que genera.

Si debe existir un bien con destino universal, es precisamente el conocimiento.

Por el contrario, cuando un bien se vuelve escaso o se destruye a medida que se consume -como la mayor�a de bienes ambientales-, es cuando debe restringirse su consumo.

La emergencia ecol�gica planetaria demanda acuerdos vinculantes para evitar el consumo gratuito de bienes ambientales.

Incluso es necesario ir m�s all� y realizar la Declaraci�n Universal de los Derechos de la Naturaleza, como ya ha hecho Ecuador en su nueva Constituci�n, y crear la Corte Internacional de Justicia Ambiental, que deber�a sancionar los atentados contra los derechos de la naturaleza y establecer las obligaciones en cuanto a deuda ecol�gica y consumo de bienes ambientales.

Nada justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones, para obligar a pagar deudas financieras, pero que no tengamos tribunales para proteger a la naturaleza y obligar a pagar las deudas ambientales. Se trata tan s�lo de la perversa l�gica de privatizar los beneficios y socializar las p�rdidas.

LIBRE COMERCIO

Es necesario para el desarrollo tambi�n reformar instituciones como la Organizaci�n Mundial del Comercio.

Creer que el comercio justo es aquel en que se nivela el campo de juego, es decir, se trata de igual manera a ricos y pobres, grandes y peque�os, es un error hist�rico.

Bangladesh paga casi los mismos aranceles en EEUU que Francia, pese a que su econom�a es tan solo el 3% de la de Francia.

Pensar que mientras m�s temprano y r�pido un pa�s se abra al libre comercio va a ayudar a su desarrollo econ�mico, le impedir� desarrollar superiores capacidades en el largo plazo. Si Jap�n hubiera seguido las recetas que hoy nos imponen, tan solo ser�a productor de gusanos de seda.

La idea de que el libre comercio beneficia siempre y a todos, es simplemente una falacia o una ingenuidad extrema m�s cercana a la religi�n que a la ciencia, y no resiste un profundo an�lisis te�rico, emp�rico o hist�rico.

Para los pa�ses que no generamos conocimiento, lo mejor que podr�a sucedernos es no tener barreras para acceder a �ste, pero la OMC exige que el no pago de regal�as sea sancionado como crimen, lo cual es bastante parecido a la prisi�n por deudas, protegiendo as� con medidas extremas, el hiperpatentamiento y la hipermercantilizaci�n que conlleva a una subutilizaci�n del conocimiento en perjuicio de nuestros pueblos.

La OMC tambi�n impone restricciones para que un pa�s pueda regular la inversi�n extranjera, la cual mal manejada puede destruir un pa�s.

Todas son normativas que restringen las capacidades de un pa�s pobre para alcanzar su desarrollo, especialmente industrial.

FINANCIAMIENTO PARA EL DESARROLLO

Son muchas las restricciones que enfrentamos como pa�ses en v�as de desarrollo, pero, sin duda, la principal es la externa. Demasiada inversi�n en el corto plazo, as� sea para bienes transables, genera d�ficits externos. Es la trampa del subdesarrollo que debemos superar: no podemos invertir por no tener productividad, y no tenemos productividad por no poder invertir.

El G-77 ha avanzado mucho en la b�squeda de respuestas para lograr un adecuado financiamiento para el desarrollo, perro muchos pa�ses desarrollados se han opuesto sistem�ticamente a que estos temas sean tratados en foros multilaterales.

Tratar de arreglar las instituciones de Bretton Woods, que tanto da�o nos han hecho, no tiene sentido para los pa�ses del Sur. Debemos construir nuestras propias arquitecturas financieras internacionales, para que nuestro ahorro se quede en la regi�n y no vaya a financiar a los pa�ses m�s ricos, como cuando nuestros bancos centrales, frecuentemente aut�nomos y sin controles democr�ticos, env�an centenas de miles de millones de nuestras reservas al exterior, no solo financiando, sino tambi�n transfiriendo riqueza a los pa�ses m�s desarrollados, al recibir por esas reservas paup�rrimos rendimientos, mientras que seguimos dependiendo de pr�stamos externos, inversiones extranjeras y de cooperaci�n internacional sin ning�n impacto estructural.

DEMOCRACIA Y MEDIOS DE COMUNICACI�N

Debemos hacer un compromiso radical con la democracia, entendida como el gobierno del pueblo para el pueblo.

Lamentablemente, m�s que democracia, se ha buscado imponer el modelo democr�tico hegem�nico occidental, modelo tecnocr�tico, altamente institucionalizado y distanciado del pueblo.

Los pa�ses en desarrollo tan s�lo pueden ser considerados en "v�a de democratizaci�n", cuyo objetivo debe ser la imitaci�n de aquellas democracias occidentales.

Por ello, a las democracias de Asia, �frica y Am�rica Latina, frecuentemente se las definen con adjetivos peyorativos. Sin embargo, bastar�a incorporar como criterio democr�tico de base el de "apoyo popular al Gobierno" para evidenciar que un pa�s como Bolivia es mucho m�s democr�tico que cualquier pa�s de Europa Occidental.

Para una democracia real, la igualdad de oportunidades y la noci�n de meritocracia deben ser esenciales. De hecho, es la diferencia entre democracia y aristocracia. Las grandes desigualdades que observamos han creado democracias restringidas o abiertamente ficticias, en las que parecer�a ser que la soberan�a radica en el capital y no en el pueblo.

Si caben adjetivos, las democracias occidentales deber�an llamarse "mercantiles-mediatizadas".

Democracias mercantiles, porque el dominio de la entelequia del mercado es tal que incluso la calidad de la democracia frecuentemente se mide por la cantidad y cantidad de mercado. Todo lo que se aleja de la l�gica del mercado es llamado "populismo", el cual a su vez se asocia con "demagogia".

Y deben llamarse democracias mediatizadas, porque los medios de comunicaci�n son un componente m�s importante en el proceso pol�tico que los partidos y autoridades pol�ticas.

Han sustituido al Estado de Derecho con el Estado de opini�n. No importa lo que se haya propuesto en la campa�a electoral y lo que el pueblo, el mandante en toda democracia, haya ordenado en las urnas. Lo importante es lo que aprueben o desaprueben en sus titulares los medios de comunicaci�n.

Un debate fundamental es preguntarnos si una sociedad puede ser verdaderamente libre cuando la comunicaci�n social, y particularmente la informaci�n, viene de negocios privados, con finalidad de lucro, muchos de ellos sin la m�s elemental �tica, y propiedad de grandes corporaciones o de media docena de familias.

DERECHOS HUMANOS

Finalmente, una democracia exige tambi�n el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, como una estrategia de los poderes f�cticos para inmovilizar el poder pol�tico leg�timo y verdaderamente democr�tico, es pretender que s�lo el Estado atenta contra los derechos humanos y que la �nica fuente de corrupci�n es el poder pol�tico.

En realidad, cualquier poder puede atentar contra los derechos humanos. Por supuesto el poder pol�tico, pero tambi�n el poder econ�mico, por ejemplo, las transnacionales farmac�uticas que por su rentabilidad condenan a la muerte a los pobres que no pueden comprar la medicina para salvar sus vidas; los medios de comunicaci�n, que atentan contra los derechos humanos de la reputaci�n, la intimidad, el prestigio de las personas; los poderes extranjeros que pueden condenar, invadir, bloquear a otros pa�ses, como en el caso de nuestra heroica Cuba.

La satanizaci�n del poder pol�tico en Am�rica Latina es una de las estrategias de inmovilizaci�n de los procesos de cambio. Los pobres socioecon�micos no dejar�n de ser pobres con caridad, sino con justicia, y eso implica el cambio en las relaciones de poder dentro de la sociedad. Y para ello se requiere captar el poder pol�tico, para as� transformar las relaciones de poder en funci�n de las grandes mayor�as y cambiar nuestros Estados aparentes, representando tan s�lo los intereses de unos cuantos, en Estados verdaderamente populares, representando los intereses de las grandes mayor�as.

La democracia del consenso es una posici�n profundamente conservadora que niega el conflicto, y la pol�tica sin pol�ticos, peor a�n, con una serie de ONGs y poderes f�cticos sin responsabilidad pol�tica, es lo m�s peligroso para la democracia.

AGENDA URBANA

En la conferencia de Naciones Unidas de Vivienda y Desarrollo Sostenible, Habitat II, realizada en Quito-Ecuador en el pasado mes de octubre, se defini� la Nueva Agenda Urbana, reflejo de un amplio consenso mundial.

Hoy tenemos la hoja de ruta para el desarrollo urbano en los pr�ximos 20 a�os.

En la Nueva Agenda se destaca el Derecho a la Ciudad, que es el marco que har� posible el Buen Vivir para los ciudadanos del mundo, el cumplimiento de los derechos humanos, y los objetivos del desarrollo urbano sostenible. El Derecho a la Ciudad permite a sus habitantes ocupar, usar y producir en un entorno justo, inclusivo y sostenible. El Ecuador es uno de los pioneros en reconocer este derecho en su Constituci�n.

La Nueva Agenda contiene regulaciones que combaten y previenen la especulaci�n de tierras, y exhorta a actuar contra la plusval�a generada por la especulaci�n de bienes ra�ces, o beneficiados en su valor por obras p�blicas o informaci�n privilegiada.

Todo incremento de valor de un activo por acciones ajenas a las del propietario del activo es ganancia ileg�tima, y en el caso de bienes inmuebles, pertenece a la ciudad, a riesgo de convertirnos en una sociedad patrimonial.

TRANSNACIONALES

Ecuador hace un llamado a los miembros de este Movimiento a participar en la elaboraci�n de un instrumento vinculante, para sancionar a empresas transnacionales cuando vulneren los derechos humanos y de la naturaleza.

Un ejemplo de esa vulneraci�n es el caso de la transnacional Chevron Texaco, que impunemente destruy� la selva ecuatoriana. El desastre ambiental causado por Chevron Texaco signific� una afectaci�n mayor a los derrames de British Petroleum en el Golfo de M�xico en 2010 y de Exxon Valdez en Alaska en 1989.

Contrariamente a estos dos accidentes, el derrame de Chevron Texaco fue, adem�s, deliberado, para reducir costos de producci�n.

Los procesos judiciales puestos por las comunidades amaz�nicas contra Chevron han durado m�s de 20 a�os. La primera d�cada la transnacional pas� luchando para que no la juzguen en Nueva York, donde tiene su sede, sino en Ecuador, lo cual finalmente logr�, pero como en mi pa�s perdi� el juicio, se ha pasado la �ltima d�cada tratando de deslegitimar el sistema que tanto elogi� cuando cre�a que pod�a comprar a nuestros jueces.

Compa�eros:

Separados, ser�n las transnacionales las que nos impongan las condiciones. Unidos, seremos nosotros los que podemos imponer las condiciones al capital trasnacional.

PARA�SOS FISCALES

Inmensa es la agenda, pero quer�a centrarme en un problema que ha evidenciado su importancia en los �ltimos tiempos: me refiero a los para�sos fiscales, la expresi�n extrema del capitalismo sin rostro, sin responsabilidad, sin transparencia, sin Patria.

Los para�sos fiscales son uno de los peores enemigos de nuestros Estados. Nadie acude a ellos para transparentar cuentas. Lo hacen para evadir impuestos u ocultar el origen de riquezas il�citas. Aunque la evasi�n y la elusi�n afectan a todos los pa�ses, los m�s perjudicados son las naciones pobres y las econom�as en desarrollo como las nuestras.

S�lo en Latinoam�rica 32 millones de personas podr�an salir de la pobreza si los recursos escondidos en para�sos fiscales pagaran el impuesto a la renta que les corresponde. En estas jurisdicciones todo es oscuro: datos, transacciones y nombres de los verdaderos due�os de las cuentas. Esto sin contar con el lavado de activos, el narcolavado y otras formas de corrupci�n.

Necesitamos una acci�n global para acabar con esta forma de capitalismo salvaje. El mundo necesita m�s para�sos del conocimiento y menos para�sos fiscales.

DESARROLLO COMO PROBLEMA POL�TICO

Estimados amigas y amigos:

Estamos precisamente aqu� los distintos, y hemos venido ante el G-77, a demandar democracia y a subrayar el otro mundo posible, el otro mundo urgente que requerimos, el mundo de la paz y la justicia, que se construye a trav�s del respeto a la soberan�a de las naciones y la prosperidad de los pueblos.

Expreso mi sincero agradecimiento a los miembros de la regi�n de Am�rica Latina y el Caribe por nominar al Ecuador para esta responsabilidad. Tambi�n agradezco a todos los Estados Miembros del G-77 por su valioso apoyo y la confianza depositada en Ecuador, para servir al Grupo y defender sus objetivos y aspiraciones.

A menudo se nos presenta el desarrollo como un problema t�cnico. Aquello viene despu�s. El problema fundamental es pol�tico.

�Qui�n manda en una sociedad? �Las �lites o las grandes mayor�as?, �el capital o los seres humanos?, �el mercado o la sociedad?

En muchos pa�ses de Am�rica Latina, con el socialismo del siglo 21, del buen vivir, ya mandan nuestros pueblos. Y aunque falta mucho por hacer, nunca se ha hecho tanto como ahora.

Es un honor y un placer compartir estos retos hist�ricos con todos ustedes.

Probablemente mucho de lo que he mencionado aqu� se puede considerar una utop�a, pero como dec�a Eduardo Galeano, querido amigo, escritor uruguayo y autor de Las venas abiertas de Am�rica Latina:

"La utop�a es como el horizonte, marchamos dos pasos y se aleja dos m�s, marchamos diez y se aleja diez m�s. Entonces, �para qu� sirve la utop�a? Pues sirve precisamente para eso, para caminar".

Gracias.